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Tres cosas que aprendí en dos salidas agosto 3, 2010

Posted by Malena Ferrini in Ocio y viajes, Secretos de conquista.
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La primera vez que salimos, sin dudarlo, pensé es el mejor. Me llevaba por lugares seguros, me hacía un poco de caso, pero de a ratos entendía que era  mejor dejar todo a su criterio. Nadie como él para marcar el ritmo y el recorrido de la salida.

La segunda, todo estuvo  más complicado. Se apuraba demasiado y no quería hacerme caso cuando le decía que por favor pare. Resoplaba todo el tiempo. Hizo pis adelante de todos. Se paraba a comer en cualquier lugar y no me prestó atención cuando le dije cuidado con la piedra.

En ese momento, se volvió loco y salió corriendo para para otro lado mientras yo gritaba ¡Pará, no seas insurrecto!

Absolutamente todos los del grupo se rieron de mí. Lo peor de todo es que nadie trató de rescatarme de esa situación hasta que me escucharon gritar afónica ¡Pordiosanto, alguien que me ayude!

Se ve que ahí le di un poco de pena y actuó bien, como en la primera salida, hasta que se dio cuenta de que a todos los demás los dejaban irse menos a él. Le agarraron las ganas de correr atrás de los otros, pero se olvidó que yo estaba con él, o más bien sobre él.

Ahí fue cuando vino el muchachito que estaba a cargo y lo agarró de las riendas. Quedate quieto, Indio, tranquilo ya nos vamos pa’ la casa. Me bajé del bendito caballo habiendo aprendido tres cosas.

  1. Una charla de diez minutos no es suficiente para entender cómo a lidiar con él.
  2. Se requiere mucho más que besos, patadas y riendas para aprender a entenderse mutuamente.
  3. La segunda salida nunca es tan idílica como la primera.

Foto: Romina

Ahora bien, sé que el Indio jamás va a llamarme. No lo imagino tecleando con la pezuña en un Nokia.

Comentarios»

1. Carolina - agosto 3, 2010

Jaaaaajajajajaja!!!.. Dejame que te cuente, querida Malena, que luego de haber guiado varias cabalgatas por la precordillera (con caballos que eran míos sólo durante esas 2 hs..y ni tanto)..Luego de observar miedosa los movimientos de los cuadrúpedos mientras los ensillaban, y de ver cómo trataba el puestero a cada uno de ellos, de acuerdo a la actitud del animal y su relación con su dueño.. Luego de varias oportunidades de casi caerme del caballo, por insurrecto..bueh, aprendí que los puesteros nombran a los caballos por sus primeras actitudes, gestos y corridas.. en conclusión: Nunca vuelvas a montar un caballo llamado Indio, o Rayo de Luz, Trueno, Infierno..etc.. (si no querés volver a casi-caerte, claro!!).. Mejor elegí a Blanquita, el petizo, Estrellita, Pelito.. seguro que ésos son muchisimo más tranquilos… ;o)

Eso sí, ojo a quién le das tu número..no vaya a ser que te inviten una picadita con una botella de EL RELINCHO..!!

Malena Ferrini - agosto 3, 2010

Hola Carolina! Era bien indio el indio!!! Mejor saberlo para otra vez y agarrarme uno que se llame Mansito Obediente… o contratar un trekking. Besos.

2. Ana - agosto 3, 2010

Que bueno, aplicar lo del caballo a las relaciones! me encanto!!!
es tal cual…
un beso

Malena Ferrini - agosto 3, 2010

Hola Ana!!! besos, patadas y riendas!?!?!?!? A mí solo me gustan los primeros!! El resto creo, aplica bastante. Besos.

3. Veri - agosto 3, 2010

Jajajajaja!!! Excelente!!!!! Besotes

Malena Ferrini - agosto 3, 2010

Gracias especialmente a vos Veri!! Excursiones prolíficas si las hubo… mucha tela para cortar… vendrán más posts! besos


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